lunes, 23 de diciembre de 2013

Aceptación para la gestión de las emociones

Tal y como comentaba en la anterior entrada nuestro pensamiento se ve influido en parte por nuestro entorno del pasado, en parte por aquello que hemos “alimentado”. Poníamos como ejemplo tres experiencias divertidas para ver cómo esto sucedía. Pensamos en una herramienta en concreto y entendemos la frase de una determinada manera (aré lo que pude) en función de nuestro aprendizaje previo.

Por otro lado, la forma en la que entendemos las cosas puede influir en las emociones que nos provocan. Recordemos cómo el chiste al que le quitamos el inicio dejaba de tener gracia, porque ya no lo interpretábamos del mismo modo. 

¿Cómo puede verse reflejado esto por ejemplo en un enfado o en una discusión de bar? 

Si nos enfadamos por algo, es muchas veces porque estamos aplicando nuestro aprendizaje a la realidad (nuestras particulares “hice lo que pudes”, nuestras llaves inglesas). Algunas veces interpretaremos lo que ocurre de forma errónea, otras aplicaremos de forma exigente nuestro pensamiento, pretendiendo que la realidad se ajuste al mismo. Siempre que algo nos perturba enormemente suele haber un “debería” o un “tendría que” en nuestra forma de ver las cosas. Es decir, existe un rechazo de la realidad porque no se ajusta a nuestras ideas, a nuestros patrones aprendidos. 

Hay aspectos que en una cultura son aceptables y en otra no, u otras que en una misma sociedad son permitidas ahora pero antes no lo eran (ha cambiado la forma de pensar sobre ese asunto y ya no genera malestar). Imaginemos que pensamos que no está bien que alguien nos trate de tú sin conocernos y eso nos molesta mucho. Alguien nos atiende en una tienda de la forma que no nos gusta y llega el cabreo. ¿Estamos aplicando nuestras ideas a la realidad y hay un “debería”? Sí, en este caso “deberían tratarme de usted”. 

Es la aceptación lo que rompe con las reacciones emocionales excesivamente perturbadores.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Pensamiento positivo y terapia cognitiva explicados con experiencias divertidas

El poder del pensamiento positivo mostrado mediante 3 experiencias divertidas. Echa un vistazo a este juego...

 

Luego lee esta entrada y esta otra, pero participando en las experiencias que se proponen en el texto. Una de ellas es la que aparecía en el vídeo de arriba.

Así que, resumiendo, tenemos en definitiva que lo que repetimos (además de repetir podemos ver otros principios de la memoria) está más disponible en nuestra mente, es lo que usamos para entender el mundo y según la interpretación que hagamos de ese mundo nos emocionaremos o no.

Seguramente se me pueda acusar de simplificar mucho pero eso es lo que le ocurre a mucha gente con depresión. Lo ven todo negro, interpretan el mundo desde la negatividad. Y no ayuda nada el hecho de que le den vueltas a los problemas que tienen durante todo el día una y otra vez (como le pasa a muchos), porque lo que hacen así es “repasar los aspectos negativos de su vida”. Esto les genera malestar en sí mismo, y además así de paso sirve para reforzar esa forma negativa de ver el mundo.

En eso se basa la terapia cognitiva, en cambiar eso, utilizando la forma en que funciona nuestra memoria para acabar trasformando el modo en el que se ven las cosas. Por eso funciona acostumbrarse a pensar en positivo, siempre que se haga de forma realista y creíble para quien lo practica.

En terapia de pareja se utilizan también las reglas del recuerdo para cambiar nuestra forma de ver al compañero. En muchas relaciones sentimentales la gente deja de dar tanto cariño a su amado como lo hacía al comienzo de su relación y aumentan los conflictos (los cuales repasan una y otra vez los cónyuges). Algunos se perpetúan. Puede que de paso nos digamos a nosotros mismos cosas poco bonitas sobre la persona que queremos, lo cual hace que acabemos viendo al otro de forma muy distinta si nos descuidamos.

Habría que decir que es precisa también una forma concreta de reflexión para hacer trasformaciones y que las cosas no son tan sencillas. Hay otros aspectos a tener en cuenta. En cualquier caso esta es una entrada de divulgación solamente, que intenta mostrar algunos de los aspectos principales en los que se basa el pensamiento positivo. Si quieres hacer cambios, lo mejor consultar con un profesional.

viernes, 25 de octubre de 2013

Un libro "muy recomendable" para cualquier ser humano

¿Cómo se aplica la inteligencia emocional en las relaciones de pareja? Si te interesa la respuesta es imprescindible el conocimiento de la obra de John M. Gottman. Muy asequible en el mercado es uno de sus libros titulado “Siete reglas de oro para vivir en pareja: un estudio exhaustivo sobre las relaciones y la convivencia”.

jueves, 4 de julio de 2013

Psicología positiva, ¿en duda?

Hace no mucho publicaron un artículo crítico con la psicología positiva en la revista "Papeles del Psicólogo". En el número actual hay un texto en el que se cita la crítica del primer artículo y se da una respuesta al mismo. Aparece en la página 91 del presente número, es interesante...

lunes, 3 de junio de 2013

Arte y pensamiento +

Al finalizar un taller de "Emociones y pensamiento +" nos han pedido a los monitores voluntarios que hagamos algo para una exposición que tendrá lugar, y se me ha ocurrido hacer esto...Como lo acabo de entregar y no la voy a ver más, dejo aquí un recuerdo para mí en el blog y para aquellos que lo quieran echar un vistazo...Ya sé que es una tontería, pero a mí me gusta...Sobre todo la idea que pretende reflejar...



Significación de la obra
Con las sonrisas en una pelota de tenis pretendemos expresar de forma artística al mismo tiempo la necesidad de intentar hacer de nuestro mundo algo sencillo, y la necesidad de hacerlo además pensando en positivo pero siempre de forma realista. La simplicidad y la sencillez aparecen reflejadas en la utilización de materiales corrientes para su composición: se utilizan pelotas de tenis con sonrisas que simbolizan el pensamiento positivo.

Cada una de ellas lleva además un mensaje: una un “+” que pretende reflejar el hecho de la conveniencia de “ser positivos”, y la otra con la palabra “real” que intenta reflejar la necesidad de intentar “ser positivo” siempre de forma “realista”.

lunes, 15 de abril de 2013

Dos puntos para la reflexión

El otro día estaba jugando a frontenis y le di mal a la pelota de tal forma que perdí el tanto, lo que no me hizo mucha gracia. Casi entra pero por poco se quedó fuera.

Al momento siguiente volví a perder el tanto, pero esta vez cuando la pelota salió, lo hizo por encima del frontón, de tal modo que estuvo a punto de irse fuera. Cuando esto ocurre hay que ir a buscar la pelota y (si es que uno la encuentra) traerla.

Esta segunda vez había perdido también el tanto, pero mi reacción fue muy diferente de la que había tenido unos momentos antes, esta vez estaba profundamente aliviado porque había estado a punto de irse fuera la pelota y me había librado de ir a buscarla por los pelos.

Perder un tanto jugando al frontón nos puede sentar de forma diferente si la alternativa en la que centramos nuestra atención es mejor o peor. Si lo que pensamos es “menos mal que no se fue fuera” estaremos más contentos que si nos centramos en que “estuvo a punto de entrar pero no lo hizo”.

Esto es algo que me pasó a el otro día en un partido, es decir, me pasó de verdad y mi reacción es como os la cuento. ¿Qué puede decirnos sobre nuestra psicología un tanto perdido?

lunes, 8 de abril de 2013

Emociones a corto plazo que influyen a largo plazo

Dan Ariely es un autor muy interesante de leer, se dedica a investigar en el campo de la economía conductual. Lo comento porque hace una semana acaba de empezar un curso que dirige este profesor en Coursera (en inglés). Además mientras uno hace el curso creo que se ofrece a los estudiantes online un descuento en sus libros.

Una de las ideas más interesantes de sus obras escritas (o al menos a mí me lo parece) es la de cómo las emociones puntuales en un momento dado pueden influirnos a largo plazo a través de lo que él llama la auto-réplica.

Según Ariely, la primera vez que tomamos una decisión, por ejemplo la de tomar café por las mañanas en vez de té, dedicamos un poco de nuestro tiempo a pensar qué queremos hacer. Una vez tomada una elección hay muchos aspectos de nuestras vidas que repetimos de forma automática, sin volver a cuestionarlas. Puede que a partir de entonces tomemos siempre café sin pararnos más a pensar en ello. Lo mismo puede ocurrir cuando elegimos un lugar en vez de otro para comer como “nuestro favorito”. Así nos convertiríamos en seguidores de nosotros mismos, de muchas de nuestras decisiones en el pasado, lo cual hace que ahorremos recursos cognitivos para muchas de las operaciones diarias.

Esa es la primera parte de la argumentación. Ahora la segunda. Las emociones pueden influir en las decisiones que tomamos de forma no racional. Una alegría inesperada puede hacer que ese día que hemos quedado con un familiar que viene de otra ciudad en vez de invitarlo simplemente a un café, como estamos alegres nos sintamos generosos y lo invitemos a comer.

Como hemos visto según Ariely somos muchas veces seguidores de nosotros mismos, así que esto puede crear un precedente y es posible que eso haga que de ahí en adelante siempre que quedemos con nuestro familiar porque venga de visita lo hagamos disfrutando de una comida. Así es como propone Ariely que las emociones surgidas en el corto plazo pueden influirnos a largo plazo. La fuente de donde sale la idea es la obra escrita de este autor, obra cuya lectura es de lo más interesante, como lo es este curso donde este profesor trata sobre algunos temas de igual interés relacionando siempre la irracionalidad humana con la economía.

Que las emociones en un momento dado puedan influir a largo plazo es algo que yo creo que de todas formas debería ser sospechado por cualquier psicólogo, ya que es fácil de imaginar por ejemplo que el pequeño Albert, tras el experimento del que fue víctima, si le dieran a elegir no tomaría la opción de tener una mascota como la del experimento…

viernes, 5 de abril de 2013

El susto que me he dado esta mañana o cómo la lampara de mi cuarto nos puede ayudar a entender las emociones y la empatía

Esta mañana estaba en la cama y me he despertado sin venir a cuento. Los juegos de sombras de mi habitación me han llevado a tener una percepción errónea de forma transitoria, una de esas que llevan a una reacción frigorífica, digo terrorífica. Parecía como si allí, al lado mismo de donde yo me encontraba, hubiese otra persona conmigo. Mi corazón se aceleró y fui capaz de apreciar cómo contenía la respiración. De repente la figura desapareció ante mí, y pude comprobar cómo los estímulos que me habían provocado la ilusión eran unas cortinas y una lámpara que en la oscuridad resultaban de lo más intimidatorias, sobre todo si erróneamente uno las percibe como una persona extraña. En poco tiempo mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad y la sensación de susto desapareció junto con la aparición de la nueva interpretación.

Lo cual me plantea de nuevo la siguiente pregunta, ¿es la realidad lo que nos provoca la emoción o la interpretación que hacemos de la misma?¿Siempre es necesario que exista cognición para que se produzca una reacción emocional? ¿Cognición entendida como percepción, proceso en el cual también toma parte nuestro aprendizaje y memoria, o nos referimos a otro tipo de procesos? Aquí podemos encontrar un vídeo interesante que aborda el tema desde un prisma teórico, está muy entretenido…



Algunas preguntas de reflexión…¿pueden algunos sesgos perceptivos como el sesgo actor-observador llevarnos a interpretar de forma inadecuada la realidad y llevarnos así a emociones y conductas que afecten a nuestra vida social? ¿Puede el hecho de ejercitar la empatia cambiar la interpretación y así nuestras emociones y nuestra conducta?¿Puede esto contribuir a nuestro bienestar?

viernes, 22 de marzo de 2013

De la cognición a la reacción fisiológica

A Sara le gustaba la quiromancia, así que allí estaba sentada escuchando lo que Fátima, que todos llamaban "la adivina", estaba a punto de decirle sobre su personalidad y su futuro.

-¿Ves estas líneas de aquí?-comenzó la quiromante-no se juntan, eso significa que no te casarás...
-¿Y si se juntasen, significaría eso que sí que me casaría?-apremió Sara
-Eso es-respondió la adivina

En ese preciso momento Sara recordó las palmas de su novio. Esas líneas sí que se juntaban en sus manos. Así que de pronto se sintió muy triste y comenzó a llorar.

Este relato me lo acabo de inventar, pero es más o menos lo que le pasó a una amiga mía. Lo interesante y el motivo de que lo mencione, es que sirve para comprobar cómo una creencia puede acabar provocando una reacción fisiológica.

Ella cree que las líneas de la mano realmente predicen que no se casará y su novio sí, así que eso quiere decir que en el futuro no estarán juntos (si la quiromancia sirviese para predecir hechos futuros). Es la creencia en un hecho futuro lo que lleva finalmente al llanto (una reacción fisiológica).

miércoles, 13 de marzo de 2013

Emociones e ilusión de causalidad

Una reflexión rápida. Imaginemos que un suceso “A” lleva a una emoción y a que se produzca una cierta activación fisiológica. Si se mantiene el arousal o activación y antes de que desaparezca del todo esa persona es sometida a otra situación “B”, ¿la reacción emocional será distinta debido a la activación que todavía no ha desaparecido? ¿Pensará la persona que la causa de su reacción emocional es debida a “B” y solamente a “B” y no a "A", gracias a la proximidad temporal?

lunes, 4 de febrero de 2013

Curso sobre felicidad, economía y práctica empresarial gratis online

Parece que la UNED también se ha apuntado al carro de los cursos gratis al más puro estilo de Coursera. Os dejo el enlace de un curso que tiene buena pinta, al hilo del tema de este blog. Saludos-